Por Josefina Fernández
Nunca olvidaré aquellas vacaciones de diciembre, dos meses después de haber cumplido nueve años. Estaba emocionada porque pasaría una semana en el campo con mis abuelos maternos, en La Vega. Lo que no imaginaba era que ese viaje marcaría mi relación con uno de mis alimentos favoritos: el arroz.