La
entrada de ciudadanos Haitianos ha encendido las alarmas del tema invasión
pacífica por nuestra frontera.
Haití y República Dominicana tienen que
convivir de manera fraternal, pero hay que respetar las leyes
migratorias y la Constitución del país, han dicho las autoridades nuestras y
además que la entrada masiva no es cierto
.
La
mayoría de ellos se aventura para llegar hacia sus destinos a pie, por varias
razones, pero la principal de ellas es que no cuentan con recursos para
costear el transporte.
Porque
es cierto una de las razones de su entrada es la situación económica
calamitoso por la que atraviesa su país, pero saben es fácil ingresar a
República Dominicana, por solo unos pesitos para entregarse a los malos
dominicanos.
Lo
introducen en motocicletas y otro tipo de vehículos
estableciendo ruta de tráfico diario de haitianos indocumentados, a
plena luz del día y bajo la mirada fría de las autoridades, dejando a
colectividades fronterizas y otros extremos de ciudades del país a merced de un
flujo desbocado de inmigrantes que prácticamente ya no encuentra resistencia en
su camino, máxime después de la salida de la minutath su país.
Mientras fluye la masa de ilegales de todas las edades hacia el país, el tráfico de niños, adolescentes y mujeres son destacadas en este caso.
Es
inexplicable que los controles fronterizos del Cuerpo Especializado de Seguridad
Fronteriza Terrestre (Cesfront) y las autoridades de Migración no funcionen, la
realidad está en las calles de nuestro país.
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