El
crecimiento vertiginoso que presenta la República Dominicana, demanda el dar
paso al desarrollo, pero tiene que ser con orden y respetando las leyes y
reglas establecidas.
La construcción
de plantas de gas licuado de petróleo (GLP), es tema de conflictos permanente,
empresarios que levantan estaciones de GLP y autoridades que autorizan por
debajo de la mesa sin observar ningún tipo de regla establecida, pendiendo el
elemento fundamente la vida, la gente.
En Santo
Domingo Este, son varias las estaciones y ampliaciones construidas sin importar
que opine nadie, y sin ambages sus autoridades reconocen sus instalaciones, y
muchos entendidos suponen el tema dinero en sus decisiones.
Ahora son
los del Residencial El Triángulo, en Alma Rosa II, que reclaman el traslado de
la envasadora de GLP “Rojo Gas”, por considerarla un peligro para el vecindario,
además, los Residentes del Sector Simonico, donde por encima de los regidores y
junta de vecinos, el empresario Janle Vásquez, presidente de Credigas,
levanta
una nueva planta de GLP, esto él no lo hace porque le da la gana, cumplió como
en otras ocasiones y recibió la orden.
La Ley
112-00 y otros reglamentos para el manejo de combustibles deben ser revisados,
o no se puede o si se puede hacer lo que esta establece.
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